Esteban Morales
Uneac
Parece haber comenzado un cierto ambiente de acercamiento entre Cuba y Estados Unidos. Espero que sea cierto. Experiencias hay suficientes para saber que es necesario hacer para que los potenciales avances a obtener no se malogren.
Fue durante la administración de James Carter cuando más se avanzó en el proceso de acercamiento entre ambos países hacia una normalización de las relaciones o de cierta “convivencia normal”.
Retomando esas experiencias habría que considerar cuales fueron los asuntos que definitivamente impidieron que ambos países “normalizaran “ sus relaciones.
Creo que entre otros, los más importantes asuntos que finalmente produjeron el desencuentro fueron los siguientes:
– En realidad, aunque se conversó y negoció bastante, la parte norteamericana nunca aceptó que Cuba podía negociar con Estados Unidos en igualdad de condiciones.
– En todo momento la parte norteamericana trató de imponer su agenda a Cuba. Las reuniones devenían en verdaderos forcejeos
– Se ponía claramente de manifiesto la asimetría entre ambos países, a Estados Unidos comportarse siempre como la gran potencia a la cual le estaba permitido todo lo que Cuba no podía hacer.
– Estados Unidos siempre manejó las negociaciones desde una perspectiva este-oeste, sacando a Cuba del contexto hemisférico y llevándola al marco de sus contradicciones con la URSS.
– Al no tratar los problemas con Cuba sobre la base de una estricta consideración bilateral, aparecían siempre obstáculos, que implicaban para Cuba exigencias a las que esta no podían dar respuesta satisfactoria para Estados Unidos. Como fueron las exigencia de la salida de las tropas cubanas de África, las relaciones con la URSS y el activismo revolucionario de Cuba a nivel internacional.
– Finalmente, es posible observar, entre otros asuntos, cómo las negociaciones, por parte de Estados Unidos, nunca se desenvolvieron en un marco de ética y sinceridad, sino más bien de trampas, subterfugios y triquiñuelas diplomáticas, por la parte norteamericana, que no ayudaban a la comprensión mutua.
Por supuesto, las condiciones tanto internas como externas en que la administración Carter negoció con Cuba en los años 1977-80, eran bastante complejas y difíciles para la administración.
– Estados Unidos atravesaba una crisis económica de proporciones importantes.
– Los sectores de extrema derecha cubano-americanos estaban en condiciones de frenar los acercamientos. A pesar del diálogo de Cuba con parte de la comunidad cubana.
– Dentro de la administración las posiciones de Carter, enfrentaban las presiones de Brzezinski, a pesar de que podía contar con C. Vance.
– El intento de Carter por parecer un presidente fuerte chocaba con la necesidad de estar en condiciones de aislar las situaciones que el activismo internacional de Cuba provocaba en la derecha, la ausencia de credenciales del presidente como una figura conocedora de la política exterior y por tanto, su alto nivel de dependencia del secretario del consejo de seguridad nacional.
– El cuestionamiento de la política agresiva de Estados Unidos que hacia Cuba se concentraba en sectores limitados de la sociedad norteamericana y aun dentro de la propia administración la idea no gozaba de total aceptación.
Sin embargo, hoy la situación es muy diferente. No están presentes la problemática africana, el activismo revolucionario de Cuba, ni las relaciones con la URSS.
Además, el ambiente político es otro. Los múltiples contactos desplegados entre ambas sociedades en estos años, entre ellos: el intercambio científico-académico, religioso, político, las visitas a Cuba de múltiples sectores estadounidenses, incluido oficiales y congresistas; el debilitamiento de la extrema derecha; el intercambio “pueblo a pueblo”, pero sobre todo, la extraordinaria circulación de información sobre la realidad en ambos países, han creado, por sí mismos, un involuntario proceso de aproximaciones sucesivas, con el cual se cuenta para un nivel de conocimiento de Cuba en los Estados Unidos y viceversa, que impide tratar de manera ciega los asuntos políticos entre ambos países.
Se trata de todo un largo periodo histórico de más de 50 años, en que se quiera o no, ambos países han venido aproximándose, más allá de los intentos de mantener a Cuba bajo una política de bloqueo transnacional y aislamiento. Lo que ha provocado un erosionamiento paulatino de la política de bloqueo norteamericana que ya, para muchos, se manifiesta como fracasada en sus intentos de subvertir a Cuba. Como cuestión fundamental, además la supervivencia de Cuba, todos acontecimientos que de conjunto, han permitido que hayan variado las coordenadas dentro de las cuales se valoraba antes la política hacia cuba.
Hoy, la política de bloqueo de estados unidos hacia cuba, a nivel internacional esta desprestigiada y en la realidad interna norteamericana no cuenta con mucho de los adeptos que antes tuvo. Razón por la cual, no pocos la ven como una política que al menos debe ser cambiada. Siendo ese el ambiente político dominante dentro de la realidad internacional e interna norteamericana, en que la administración Obama se ve obligada a funcionar hoy. Pues como ventaja para Obama, muy pocos defienden la actual política hacia cuba y son muchos los que quisieran que cambiara.
Como resultad de esos cambios, la administración de Obama enfrenta situaciones que son totalmente inéditas en relación con la política hacia Cuba. Nuca se habían acumulado tantas señales que indicaran la necesidad y un consenso para cambiar la política, ni tampoco la intención de cambiarla había tenido nunca tantos defensores, aun entre aquellos que hasta no hace mucho la defendían.
Por lo cual, Obama no debiera temer pagar costos por una política que ya tantos consideran inaceptable en términos de los que muchos consideran hoy son los intereses de Estados Unidos con Cuba.
Además, se vienen produciendo una serie de fenómenos que refuerzan los aspectos anteriormente planteados:
– El escenario hemisférico de la política de Estados Unidos hacia Cuba ha variado sensiblemente. Ya América Latina y el Caribe no son el seguro traspatio de la política norteamericana; la actitud hemisférica hacia Cuba ha cambiado considerablemente; el prestigio de Cuba en el hemisferio ha crecido como nunca antes; la correlación de fuerzas políticas ha variado a favor de cambios hemisféricos que cuestionan, como nunca antes, el poderío de Estados Unidos; el sistema interamericano se desmorona, entre ellos la OEA y otras instituciones que sostenían el liderazgo de estados unidos en el hemisferio.
– Estados Unidos, paulatinamente ha quedado aislado de las nuevas instituciones que han emergido en el hemisferio. El propio estados unidos debiera preguntarse por qué ?
– A nivel mundial ya no es aceptada la política de bloqueo y ello se combina con un proceso de acercamiento a Cuba, tanto económico como político, por parte incluso de aquellos que han sido históricamente los principales aliados de estados unidos.
– Mientras Estados Unidos ha quedado varado en la misma política hacia Cuba, se ha producido un movimiento de acercamiento hacia la Isla, que ha traído como resultado, que de sus múltiples intentos por aislar a Cuba, ha resultado que es Estados Unidos el que ahora está aislado.
Razones por las cuales, ha comenzad o, hace algunos años ya, un proceso dentro del cual Estados Unidos va crecientemente pagando los costos de no cambiar su política hacia Cuba. Entre esos costos podemos mencionar los siguientes:
– Estados Unidos se ve enfrentado a una actitud dominante en el hemisferio, caracterizada por, o comienza a dar señales de variar su trato hacia Cuba, o sus relaciones hemisféricas sufriría daños que podrían resultar irreparables.
– Los aliados de Estados Unidos lo abandonan en su trato con Cuba. Por lo que uno de los principios para mantener la ley Helms- Burton se ha desmoronado.
– Cuba, con su presencia mundial en la lucha contra el analfabetismo, la ceguera y por último la lucha con el ébola en África, pone en evidencia que estados unidos se queda atrás en la colaboración, para superar problemas a los que debiera prestar atención, coaligándose más allá de sus inmediatas afinidades políticas.
– Estados Unidos se va quedando aislado del proceso integracionista latinoamericano y caribeño, al no dar señales inteligentes por tratar de conciliar sus propias políticas, con los intereses de la mayoría de los países latinoamericanos y caribeños.
– Estados Unidos no cambia su visión de la lucha contra el terrorismo y eso también lo aísla de hacer coaliciones más amplias y sólidas.
Son muchas las razones que obligan a estados unidos hoy a seguir una política diferente hacia Cuba, que le permita asumir las ventajas que podría traerle una nueva relación.
Al parecer, por algunas declaraciones de su Secretario de Estado y de las recientes realizadas por la embajadora ante Naciones Unidas, la administración Obama ha adoptado un cierto lenguaje de acercamiento que podría, además de la actitud colaborativa en la lucha contra del ébola, traer otros elementos adjuntos que permitiesen ampliar el marco del acercamiento.
Aspiramos a que se trate de una intención seria de la administración, como se dice, por “romper el hielo” y que a esa colaboración médica declarada que se inicia con Cuba, le sigan otros acercamientos. Lo cual, estoy seguro, puede beneficiar mucho a ambos países.
Cuba, por su parte, ha dado muestras más que suficientes de estar dispuesta a sentarse en la mesa de negociaciones con Estados Unidos.
Bastaría para Cuba con que se tratase de un acto en igualdad de condiciones.
Ninguno de los dos irían a ciegas por el camino del acercamiento. Hay una experiencia acumulada que debe ser aprovechada, recogida con toda intención para que sirva a ambos en el diseño de una ruta crítica para conducirse en la situación actual.
La Habana, 2 de noviembre del 2014