Olga Fernández
(Transcripción de sus palabras en el espacio Dialogar, dialogar de la Asociación Hermanos Saiz, donde se debatió sobre la significación y vigencia del histórico discurso de Fidel en el Aula Magna de la Universidad de La Habana el 17 de noviembre de 2005)
Primero dar las gracias por la posibilidad de participar en esta sesión y por poder intervenir. Realmente me siento muy identificada con los planteamientos de los panelistas sobre la importantísima intervención del Comandante en Jefe en el Aula Magna de la Universidad de la Habana hace una década. Saludo que el espacio Dialogar dialogar, coordinado por Elier Ramírez haya promovido una relectura de los temas analizados por Fidel en el 2005, que mantienen hoy una absoluta vigencia.
Como de diálogo se trata yo no voy a preguntar, pero sí quisiera subrayar algo que tiene que ver con una de las últimas citas que Ubieta recordaba con relación a un planteamiento de Fidel que para mí es la médula de esa intervención, y voy a explicar brevemente por qué. La cita es la siguiente:
“Una conclusión que he sacado al cabo de muchos años: entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más importante error era creer que alguien sabía de socialismo, o que alguien sabía de cómo se construye el socialismo”.
Quiero subrayar la importancia que tiene el hecho de que Fidel en esa ocasión retomara el tema de la construcción del socialismo, – dicho con otras palabras Fidel retomó el tema de la transición socialista-, que no es lo mismo que el socialismo ya instaurado. Y subrayo la importancia de ese hecho teniendo en cuenta dos perspectivas: la primera es que se trata de un tema que desde la década de los años 90 había estado bastante ausente en intervenciones, análisis y debates sobre nuestra sociedad. La segunda tiene que ver con una llamada de atención hecha por los panelistas con relación a ubicarnos en contextos históricos, con lo que estoy absolutamente de acuerdo y reconozco que eso es una premisa metodológica fundamental. Estamos haciendo el análisis hoy, diez años después de aquel planteamiento, pero hay que reconocer que aun distinguiendo las especificidades de los contextos de 2005 y de 2015, las reflexiones de Fidel que estamos analizando tienen una vigencia extraordinaria.
En el contexto de 2005 podía hablarse de la existencia de vacios con relación a exponer en el discurso oficial y en general en debates y análisis, el tema de la transición socialista, el tema de la construcción del socialismo. Sin entrar en disquisiciones, esto remece, esto es fundamental, porque incluso hoy todavía tenemos ese déficit. Yo pienso que hablamos de socialismo y perdemos el sentido que nos da un concepto como transición socialista o construcción del socialismo que nos permite realizar análisis en términos de proceso. Y este es un proceso en marcha en Cuba, y sin entenderlo así no pudiéramos explicar muchas cosas hoy. Pero además es un proceso en el que hemos tenido un déficit para pensar las contradicciones que lógicamente lo permean. Lo hemos tenido en las ciencias sociales, lo hemos tenido en la política, lo hemos tenido en el discurso, en las formas de comunicarnos. Tenemos que aprender más a pensar las contradicciones y a buscar las soluciones de esas contradicciones.
Lo interesante es constatar que Fidel en este discurso está retomando un tema que fue muy, muy reiterado en décadas anteriores, y que hay que seguir analizando porque el proceso de construcción socialista es un proceso largo, muy complejo y muy contradictorio. Entonces ahí yo veo el primer elemento a retomar y a reflexionar. Un segundo elemento ha sido planteado por los panelistas, pero yo quisiera subrayarlo: se trata de a quiénes va dirigida la intervención, qué escenario escogió para sacudirnos en el sentido de sensibilizarnos: los estudiantes universitarios, jóvenes que garantizarán la continuidad de la Revolución y del proceso de transición socialista.
Otro tema enfocado por el panel, por cierto muy importante, es acerca del debate sobre reforma y revolución. Y este es un tema en el que hay que profundizar, y yo creo que Fidel encuentra una salida a ese debate sin estigmatizar el concepto reforma en el contexto de un proceso revolucionario: la concepción de rectificación para enfrentar lo que la práctica y las coyunturas históricas imponen sin lacerar los objetivos estratégicos. Fidel es un teórico, es un político, es un práctico, es un revolucionario de la rectificación. Creo que esto nos da determinados elementos. Y esa concepción de la rectificación que está permeando toda su intervención, ¿a quién va dirigida? ¿Qué escenario escogió?: el de los jóvenes, compañeros.
Diez años después podemos preguntarnos, en un nuevo contexto y en esta nueva etapa de la guerra ideológica y política que se nos hace por parte del enemigo histórico de esta revolución, ¿cuáles son los dos blancos fundamentales del imperialismo norteamericano? Sencillamente los dos blancos fundamentales hoy son la juventud cubana y la sociedad civil. Para corroborarlo analicen todo lo que está haciendo la USAID, incluso en su último anuncio del 9 de septiembre de este año, que es un anuncio publicitario solicitando administradores para un programa Cuba, por supuesto un programa para subvertirnos, dirigido a jóvenes y a especialistas en temas sobre juventud, y a la sociedad civil que es el otro blanco. No son blancos divorciados, no es por gusto que los seleccionen.
Pienso que esto es fundamental resaltarlo y ustedes lo han resaltado. Yo sencillamente lo que quería era subrayarlo. Creo que tenemos que pensar más en términos de transición socialista, de construcción del socialismo, de procesos, de contradicciones, de búsquedas y descubrimientos.
Lo otro que quería decir y solo quiero mencionarlo. Aquí se ha hablado del tema de teoría y práctica, del menosprecio a la teoría, y cuando digo esto tengo en cuenta la necesidad de aprovechar más a las ciencias sociales y a las humanidades. Sencillamente interpreto esa situación que se ha podido dar, y lo puedo hacer porque la he vivido. Quien no considera y eleva el lugar de la teoría revolucionaria en este proceso de transición socialista, ni es fidelista, ni es guevariano, ni es marxista. Porque tanto en Marx, como en Fidel, y en Marx y su tradición de pensamiento, como en Che, la teoría no puede analizarse desvinculada de la práctica. Entre teoría y práctica hay una unidad, hay una simbiosis y el burócrata, o la persona, o el dirigente que solo puede o quiere dirigir desde posiciones y situaciones empíricas, sencillamente la vida dirá que su dirección es un fracaso. Por eso celebro que hayan retomado el análisis de ese tema y que hayan comentado sobre los muchos temas analizados por nuestro Comandante en Jefe. Agradezco mucho la información y las reflexiones.