Intervención en el espacio Dialogar, dialogar de la AHS.
(Transcripción)
José Luis Rodríguez
Primero quiero agradecer la invitación de Elier y los compañeros de traer este tema al análisis y a la discusión y uno oyendo ahora a Fernando, y pensando en el tema, tiene que eludir la tentación de meterse en la discusión de todos estos aspectos desde el inicio prácticamente; porque este es un proceso lleno de caracteristicas no completamente estudiadas y yo diria que en lo general, no solo en Cuba, se conoce poco, y se ha manipulado bastante toda esta historia y todo el tratamiento al socialismo en Europa, tanto en el tratamiento de la Unión Soviética como de la parte de Europa Oriental.
Haciendo referencia a esto yo quisiera comenzar haciendo una pequeña nota sobre cómo se ha tratado esto desde Cuba. No creo que diga nada secreto si expreso que dada la magnitud del tema, la importancia que tiene no solo por un debate histórico sino para nuestra realidad, el hecho de que no ha sido tratado en profundidad o extensión realmente es un elemento que nos lleva a pensar.
Yo hice aquí un listado de los principales libros que se han publicado desde el derrumbe del socialismo en Europa y realmente hay solo doce títulos editados en Cuba. Una parte de esos trabajos son testimonios de protagonistas, empezando por el libro de Vorotnikov, Vitali Vorotnikov, Mi verdad de 1995, que es un libro bastante difícil de leer porque es prácticamente el resumen de las actas del buró político. Ustedes se podrán imaginar un libro de esa naturaleza pero que tiene valoraciones al margen muy importantes.
Hay otros libros con otras características, por ejemplo en el caso de Europa Oriental, aquí en Cuba se editó en el año 89 una tirada pequeña, Otoño del 89 de Egon Krenz, que es el hombre que sustituye en la dirección del partido a Erick Honecker en la RDA y que, yo diría que por suerte hay un libro de Erick Honecker que se llama Moabiter Notizen, Notas desde la Cárcel escrito cuando estuvo en la cárcel donde descargó -antes de morir en 1994- todo lo que había vivido en la RDA, sobre todo en los años de Gorvachev. Y hay uno que se presentó aquí en la última feria del libro, yo lo tengo en edición digital, que es el libro de Hans Modrow, Perestroika, que es un libro que el que sustituye a Egon Krenz, hace antes de que se disuelva la RDA. El derrumbe de la RDA empieza en noviembre del 89 y termina con la unificación de la RFA en octubre del 90. Durante ese interín están estos tres libros, el libro de Honecker, el de Egon Krenz publicado aquí y el material de Hans Modrow que yo lo tengo en alemán, lamentablemente no me puedo enredar con el alemán para leerlo; pero tengo una versión del libro Perestroika en español que es muy interesante porque son tres enfoques diferentes de por qué se produce el derrumbe en el caso de la RDA, que es un caso muy particular además, en la construcción socialista y en el derrumbe del socialismo en Europa Oriental.
Hay otro libro de memorias, yo diría menos afortunado, y menos conocido que se llama Eslovaquia ayer y hoy escrito por un dirigente del partido comunista eslovaco Karol Ondria, que lo publicó aquí en el 2008. Un libro pequeño pero en el caso eslovaco tiene interés su lectura para el análisis. Otro libro, que en mi opinión no cumplió completamente sus objetivos que es el libro de Serguéi Filátov, Por ambos lados del Kremlin, que tiene dos tomos, y que cuenta las memorias de una persona que fue un colaborador de Yeltsin, no en la época soviética sino en la época posterior y que tiene algún interés, pero no pudiéramos decir que tiene la misma calidad de los otros libros.
Ya desde el punto de vista del análisis el primer trabajo que se hizo con el objetivo de brindar cierta valoración propia de lo que ocurría, es un material que se editó de conjunto con las Fuerzas Armadas con el MINFAR, que se llama El derrumbe del modelo euro-soviético. Una visión desde Cuba que tiene una primera edición en 1994 y después otra edición más amplia de la editorial Félix Varela de la Universidad del año 96 donde hay una serie de monografías en las que ya se empieza a dar una serie de valoraciones por autores cubanos de qué fue lo que pasó y cómo fue que ocurrieron estos hechos.
Después de este trabajo no se publica más nada en esta línea hasta Europa del este, el colapso que es un libro del colectivo de autores que analizaba a los países socialistas en el Centro de Estudios de Europa, del Partido en el año 2000. Este colectivo lamentablemente desapareció, unas veces por razones naturales, porque murieron sus integrantes, y otros pasaron a otras funciones; pero era, y yo lo considero así desde el punto de vista político, uno de los colectivos más calificados para analizar este tema. Tienen dos libros: este, que trata de Europa del este, con valoraciones esencialmente políticas; y otro, que es el más completo que se ha publicado que es Rusia del socialismo real al capitalismo real de Francisco Brown y Ariel Dacal del año 2005. Es un libro muy interesante. Tiene valoraciones incluso militares; una amplia gama de tratamiento del tema y puede decirse que es prácticamente de los mejores libros que se han publicado en esos años.
Ya en fecha más reciente se han venido publicando otros trabajos: algunos más polémicos, por ejemplo el libro de Roger Keeran y Thomas Kenny El socialismo traicionado, que es un libro de dos autores cercanos al Partido Comunista de los Estados Unidos y trata de enfocar la historia soviética del 1917 hasta el 1991, pero con una valoración que en mi opinión tiene méritos para el análisis en lo que se refiere a los capítulos de Gorbachev. Pero el examen de la historia soviética privilegia mucho la figura de Stalin y los stalinistas en detrimento otras figuras, por ejemplo Khrushchev o Andropov. Y parte de una teoría, de una tesis -eso lo conversamos Fernando y yo cuando el presentó el libro- de que Gorbachev no es más que la continuidad de Bujarin y Khrushchev. Aunque reunir esos tres personajes en la historia como una mera continuidad, es bastante complicado, pero es la tesis que defienden los autores; por eso digo que es bastante polémico el libro pero tiene mucha información y sin dudas hay que leerlo también.
Ya más cercano a estos dos últimos años está mi libro El derrumbe del socialismo en Europa que pretende cubrir en un análisis bastante amplio qué pasó en la revolución socialista en el primer capítulo en Rusia, después en Europa Oriental y luego los capítulos 3 y 4 las consecuencias del derrumbe, que es tan importante como los otros, es decir qué ha pasado después. ¿A dónde fue a parar ese mundo que se suponía superara los errores del socialismo real? En este caso el análisis se concentra Rusia básicamente aunque se ocupa también de otras repúblicas exsoviéticas en el capítulo 3 y en el 4 se trata de lo que corresponde a de Europa Oriental.
Y están dos libros que salieron en el 2014 también. Uno es este material bastante poco conocido. No me extraña que haya incluso ejemplares porque si ustedes se fijan la portada del libro y leen Manipulación de la conciencia todo el mundo piensa que este es un libro de psicología y no me voy a meter en esa discusión. En realidad tiene un análisis sociológico – psicológico en el primer tomo. Pero en el segundo el autor que es Serguei Kara- Murza, que fue un soviético que incluso trabajó en Cuba, hace un análisis de la manipulación de la conciencia en el caso soviético y es interesantísimo -yo después me voy a referir un poquito más a cosas que él plantea-. Y finalmente está el testimonio de Pedro Prada que no hemos podido obtener y solamente tenemos reseñas. Trata de la crónica del derrumbe en los dos últimos años de existencia de la Unión Soviética.
Si ustedes analizan este conjunto de publicaciones hay cosas interesantes, pero no es que podamos decir que tenemos los doce libros para consultarlos hoy. No es el caso. Muchos de estos libros ya no existen. Se agotaron completamente. Sin embargo los libros mencionados son prácticamente los únicos que pueden servir para enfrentarse a este tema hoy, pero no peinan o no cubren la gama de temas que están presentes en procesos tan complejos. Fuera de Cuba no puedo extenderme mucho sobre el tema. Yo he estado revisando materiales en ruso, en inglés y es una cantidad casi inabarcable los libros que se han publicado con estos temas. Desde libros como La economía política del comunismo de János Kornai, un economista húngaro, muy interesante por cierto; hasta las memorias de Khrushchev, que hasta cierto punto se consideran apócrifas, ya que se estima por diversos especialistas que no reflejan realmente lo que él quiso decir porque se han manipulado; y las de Gorbachev. un material muy voluminoso y que usted solo de comenzarlas a leer, se da cuenta de la visión muy discutible de los acontecimientos que presenta su autor.
Todo esto lo digo porque lo que podamos decir nosotros aquí no es lo más general, lo más evidente de un tema que lamentablemente no se ha estudiado a profundidad, no se ha divulgado a profundidad. En nuestros medios universitarios existen muy pocos cursos -la mayoría de postgrado- sobre estos temas.
Yo me voy a dirigir ahora –específicamente- a los temas que tienen que ver con las causas del derrumbe.
Ustedes se podrán imaginar que hay un inventario enorme de causas, incluso Keeran y Kenny en su libro identifican seis teorías diferentes de por qué se produjo el derrumbe, en muchos casos basándose –según esas teorías- en defectos congénitos del socialismo.
Sin embargo, se deja ver en todos estos análisis que realmente no se valoran en toda su magnitud las dificultades y los problemas que tuvo que enfrentar el proceso soviético primero y después en alguna medida también en Europa Oriental. Eso es algo increíble, pero es así.
En el caso de la Unión Soviética se han hecho análisis de la parte histórica -lo que planteaba Fernando- con todas las tergiversaciones que esto ha tenido, incluyendo el estudio de la propia personalidad de Stalin. Aquí en Cuba se publicó en 1967 -los que éramos estudiantes en aquel entonces, lo recibimos- el libro de Isaac Deutscher que es una de las mejores biografías del líder soviético, que siendo tan controversial y con los errores que se le atribuyen jugó un importante papel en la historia de la URSS. Por cierto, si quieren una opinión de Fidel sobre los errores de Stalin ahí está la entrevista contenida en el libro Un grano de maíz. Hay un primer capítulo con el mayor detalle del análisis de los pro y los contra en la personalidad de Stalin con los cuales uno puede estar más o menos de acuerdo, pero es una valoración bastante integral porque prácticamente de esa personalidad no se conoce nada en Cuba. Tú hablas de Stalin hoy y las nuevas genereaciones te dirán: ¿Quién es el personaje ese? Y, ¿qué decir de Trosky?
La trilogía de Trosky que se iba a publicar en Cuba El profeta armado, El profeta desarmado y El profeta desterrado no se llegó nunca a editar aquí, aunque después yo la conseguí y otros compañeros la consiguieron en el exterior. Prácticamente de esa personalidad, salvo por libro de Leonardo Padura El hombre que amaba a los perros nadie hubiera conocido que existió Trosky.
Hay un tratamiento muy incoherente pudiéramos decir de todos estos elementos y solo puede uno ir haciendose idea de los factores que coyunturalmente en un momento determinado apuntan al deterioro del modelo soviético y del modelo socialista de Europa Oriental. En toda esta evaluación se encuentran una serie de factores que fueron marcando el fracaso a la larga de ese modelo de socialismo: desde la forma en que se desarrollo la industrialización, hasta la colectivización forzosa de la agricultura entre 1928 y 1934 en la URSS, pasando por los procesos represivos de los años 30 hay que analizarlos profundamente y desde muchas dimensiones para empezar a comprender donde estuvieron los errores estratégicos del llamado socialismo real. Incluso hay una obra que en Cuba se conoce poco o casi no se conoce, que es el libro del historiador británico G. D. H. Cole Historia del pensamiento socialista que en el tomo que se dedica a los años 30 tiene un análisis muy interesante de por qué la población apoyó a Stalin en esa época tan complicada incluyendo valoraciones razonablemente interesantes. Por ejemplo, este autor destaca que con la industrialización la vida de del campesinado soviético cambió completamente, de la casa de paja y prácticamente de condiciones infrahumanas de vida pasaron a vivir en centros urbanos gracias a la industrialización y a la colectivización forzosa que conformó un proceso migratorio del campo a la ciudad de enorme trascendencia en la vida soviética.
Y si uno se pone a pensar como las personas en 1932, que sacaron de una choza y las pusieron a vivir -con todas las limitaciones-, pero en un apartamento colectivo en Moscú, valoraban favorablemente a ese hombre, el que decidió esa medida, lo consideraban muy positivamente y ese era Stalin. Más allá de todo otro análisis más complejo y multilateral, predominaba en la población soviética una admiración casi religiosa a la personalidad de Stalin.
Es decir que hay una serie de causales en este sentido que me permiten decir, como explicaba Fernando, que la causa del derrumbe no hay que verla en un solo sentido, sino que hay que verla a lo largo de toda la historia de la ausencia de la creación de una cultura realmente socialista, que es donde está el tema fundamental.
Quiero terminar diciendo cuáles son, en mi opinión dentro de la multicausalidad del derrumbe del socialismo en Europa, las causas que yo le doy mayor peso. No quiero decir que sean las definitivas, pero las he ponderado más.
En primer lugar pienso que hay una subestimación de los factores subjetivos sociales en la construcción consciente del socialismo, su complejidad y la esencia política de este proceso ha sido totalmente disminuida a lo largo de su interpretación histórica. Igualmente ha sido disminuido también, el papel de la personalidad en la historia. Se mencionaba hace un momento el testamento político de Lenin, escrito ya a inicios de 1923, en un momento en el cual la muerte le asechaba a poca distancia. Y uno se asombra cómo los consejos de Lenin, donde están expresados con toda claridad criterios acerca de que había que sustituir a Stalin por su carácter, por sus características personales, por la forma en que trata a los compañeros y que –no obstante el peso de esas valoraciones- solo tres meses después, en mayo de 1924 , a pocos meses de la muerte de Lenin prácticamente se logra convencer por sus compañeros del buró político a un congreso completo del Partido Bolchevique, de no tocar ese tema, ni adoptar ninguna de las recomendaciones de Lenin.
Yo pienso que la gente estaba tan traumatizada en esos momentos por la desaparición de Lenin, y ante una cierta conjunción de fuerzas que se da entre las facciones en pugna –fenómeno que se produce frecuentemente ante un acontecimiento triste como la desaparición de un líder de la talla de Lenin- la cierta conjunción de fuerzas que se da entre las facciones, Trosky por un lado, Stalin por otro, y las distintas combinaciones que se crearon; es lo único que permite explicar que prácticamente se paralizara ese Comité Central y que el famoso testamento político no se hiciera público hasta 1956.
Y cambió la historia. ¿Qué hubiera sido si se le hubiera hecho caso a Lenin en ese testamento? ¿Qué hubiera pasado de triunfar la facción anti stalinista en la dirección soviética? Nada de esto sucedió, pero también a partir de entonces se comenzó a minimizar el papel de la personalidad en la historia. De ese modo, en la enseñanza en los manuales se hablaba de que eran las grandes masas quienes le daban curso a la historia y probablemente en un análisis determinado sea así, pero no se puede disminuir, que hubiera sido Trostky en vez de Stalin. No quiero decir que hubiera garantizado el socialismo pero indudablemente hubiera sido distinto. O qué hubiera sido en una época más reciente, cuando en 1985 se discutió en el buró político soviético la sucesión de Chernienkov cuando muere, si hubiera ganado la votación Gaidar Aliev, que era un general aserí del ejército soviético y que era la figura prácticamente que en ese momento tenía un ascenso similar o parecido a Gorbachov y era su contrincante mayor?
¿Qué pasó con Gaidar Aliev? Gorbachov lo sacó del Buró político en el año 1987, se fue para Azerbaiyán y cuando cae la Unión Soviética fue el presidente vitalicio hasta que murió en 2003, ya en un Azerbaiyán capitalista.
Es decir nada nos garantiza que a pesar de lo que pasó en ese momento ese hombre siguiera defendiendo los ideales del socialismo. Nada de eso. Actualmente del general azerí es es el presidente heredero de Azerbaiyán, no por sus méritos propios, sino por ser el hijo de su padre.
De este modo, el peso de los factores subjetivos y de la personalidad en la historia pienso que es un elemento subvalorado completamente. Siempre tengamos presente que la construcción del socialismo implica un cambio de mentalidad en el sentido no reducido que aquí lo hemos visto a veces, si no en el sentido de que es cambiar la vida de millones de personas que han vivido durante siglos bajo la égida del egoísmo capitalista, de la defensa a ultranza de mis intereses personales por encima de los de los demás, de la competencia más feroz. Y de pronto esas personas con la sola nacionalización de los medios de producción bajo la propiedad del estado, se pensó que iban a cambiar su forma de ser y se iban a convertir en seres con una mentalidad socialista, solidaria y atenta a los intereses sociales. Pues nada más lejos de la realidad que eso.
Y lo estamos viviendo aquí en Cuba. No es un tema del pasado, ni es el tema solo de la historia soviética. La mentalidad no cambia tan fácilmente y depende de muchos, muchos factores, entre ellos los económicos. Porque se ha dicho con razón que el hombre no vive como piensa, sino que piensa como vive. Y a veces nos olvidamos de eso. Pensamos que solamente hablando con las personas o como decía el Che hablando con la naturaleza, vamos a cambiar sus leyes. No, no es posible. Y eso en mi opinión es un elemento que está totalmente muy poco valorado si tomamos en cuenta su importancia, en todo el proceso de construcción socialista dondequiera que usted lo analice, lo mismo en Cuba, que en Vietnam, que en China, que en la URSS. Fue un factor que se consideró totalmente automatizado y esa concepción, al igual que pensar que el hombre se movía solo por motivaciones económicas, condujo a errores estratégicos en la construcción del socialismo, que es un proceso eminentemente político, aunque lo económico juegue un importante papel en el mismo.
Los cambios que supone el socialismo en la mentalidad de los hombres no se producen tan fácilmente y vuelve y resurge la mentalidad anterior una y otra vez porque son siglos -desde que surgió la producción mercantil simple hasta el presente- educándose en la dura lógica del mercado, y la experiencia de construcción socialista lo que llegó a tener fueron 74 años en el caso de la URSS.
Ahora además de eso se dieron fenómenos de manipulación de la conciencia, como fenómeno negativo, que es el enfoque del libro de Serguei Kara-Murza La manipulación de la conciencia que se publicó recientemente en Cuba. Este autor señala cosas que son , yo diría, casi traumáticas a la hora de enfocar estos temas. En el caso de Kara-Murza él nos dice: «¿De dónde surgió el proyecto soviético y cuáles fueron las necesidades fundamentales que contemplaba?» Surgió ante todo de la cosmovisión de la Rusia campesina. Esto tiene un peso enorme en toda la historia de la Rusia soviética. Cuando triunfa la revolución el 80 % de la población era campesina. Todas las medidas de la NEP están dirigidas a atraerse nuevamente a esos campesinos que no entienden, no pueden entender una política de socialización directa de los medios de producción. Y Lenin sobre la cooperación habla de una cooperativización gradual y persuasiva, que fue uno de los últimos artículos que escribió en 1923. Y eso prácticamente lo ignoramos. Él dice además que «en la medida en que la vida se normalizó después de guerra civil y todo lo demás pacíficamente y devenía cada vez más vida urbana, -[…] recuerden lo que acabo de mencionar sobre la choza de paja y del campesino que fue a vivir en un cuarto en Moscú[…] – en el estrecho surtido de necesidades reconocidas comenzó a limitar y luego a oprimir segmentos de la sociedad cada vez más diverso para los cuales Occidente devino tierra ideal, mágica, donde su restringidas necesidades se respetaban e incluso se valoraban.»
Y aquí encontramos entonces todo un razonamiento de cómo se creó o cómo faltó una imagen que le diera a la gente un paradigma de vida, una cultura diferente al consumismo occidental. Kara-Murza termina diciendo que en definitivas la vida en el socialismo soviético era una vida aburrida aunque uno tuviera la salud pública garantizada, aunque uno tuviera la comida garantizada, aunque uno pagara 5 centavos por ir al médico o un par de espejuelos le costara tres rublos. Porque simplemente el paradigma no se reconoció en las nuevas necesidades. Y eso es un elemento cultural que uno nota rápidamente o se da cuenta rápidamente que no se desarrolló. No se desarrolló esa estructura, esa nueva cultura de cómo consumir racionalmente, de cómo desarrollar espiritualmente esa nueva sociedad a partir de una cosmovisión campesina que nunca fue superada. Es la tesis de él. Puede ser que no estemos de acuerdo pero es un análisis que debemos tomar en consideración.
Por tanto, un tercer elemento es la ausencia de una cultura socialista auténtica capaz de asegurar una motivación ideológica verdadera, asimilada por las personas para que el hombre desarrollara un proyecto de vida integrable con los intereses más altos de la sociedad. No se dio. Y ahí está una clave para todos los socialistas en el mundo. No solo aquellos de allá sino para nosotros también acá. Cómo encausar ese proyecto de vida individual con los intereses más amplios de la solidaridad, la ayuda mutua, etc. Si no se crea un modelo que cree, que desarrolle esa cultura, no se va a dar automáticamente. Ese es un cambio de mentalidad terriblemente difícil de alcanzar, pero posible, es de 180º en relación al consumismo y al egoísmo de la sociedad capitalista.
Otro elemento de no poca importancia, la falta de democracia para garantizar la participación consciente del pueblo en la toma de decisiones y asegurar el control popular de lo acordado. La institucionalidad bastante recargada de mecanismos burocráticos y los órganos electivos y las organizaciones sociales que no jugaron su papel. No jugaron su papel porque no se les permitió tampoco jugar su papel. Pero eso tiene una importancia tremenda. La prueba la hemos tenido aquí en Cuba. ¿Cómo Cuba resistió el Período Especial? Discutiendo con la gente las medidas, como por ejemplo, los Parlamentos Obreros del año 1994 donde se vieron más de 500 mil propuestas desde gente que planteaba que para tener dinero había que vender la Isla de la Juventud, hasta otros que planteaban que había que reabrir la lotería nacional, porque era la única manera de sacar el dinero de la circulación. Pero todo eso se discutió. Se llevó a la Asamblea Nacional en grandes sesiones del 1º, 2 y 3 de mayo del año 1994 y eso fue un ejemplo de cómo discutir problemas tan graves como aquellos en los que le iba la vida al país creando un consenso social mediante la persuasión para enfrentar la crisis.
En la Unión Soviética jamás se dio un proceso de esa naturaleza. No quiere decir que fueran peores personas que nosotros. Hubo momentos de movilización política, como ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial, donde enormes masas humanas se movilizaron para defender el país por motivaciones políticas y nacionalista. También cuando se apeló a los jóvenes, para desarrollar la Campaña de las Tierras Vírgenes y expandir las fronteras agrícolas del país entre 1956 y1958 y fueron más de 300 mil jóvenes que fueron dejando las ciudades para ir a vivir a la Taiga Siberiana en casas de campaña con temperaturas bajo cero. Lo hicieron, se movilizaron. Algo como esto trató de hacer Andrópov en 1982 sobre todo, en su lucha contra la corrupción y en su discusión masiva de estos problemas, política que inmediatamente tuvo resonancia en la sociedad. Había elementos para pensar aunque la movilización social era difícil, aquello era posible, pero no, no primó esta visión. La ausencia de democracia marca todo este proceso lamentablemente.
Y hay un elemento que no quiero dejar de resaltar que tiene que ver ya con los aspectos económicos y que engarza bastante con los debates de los años 20, y es prácticamente la incorrecta interpretación de las relaciones entre base económica y superestructura y las desviaciones mercantilistas por la incomprensión del impacto de las relaciones monetario mercantil en el socialismo. No se trata de negarlas, pues existen objetivamente a partir de un cierto nivel de desarrollo. Pero tengan ustedes presentes que este tema teóricamente no se resolvió en más de 50 años. Este tema fue abordado por primera vez puede decirse académicamente por Preobrazhenski en su libro de 1926 La Nueva Economía, donde trataba de explicar que en el socialismo se mantenían relaciones mercantiles porque existían distintas formas de propiedad, pero nunca se alcanzó la explicación de cómo mantener esas relaciones monetario mercantiles en la propiedad social, es decir, en el Estado. Nunca dieron con esa explicación hasta que se logra una respuesta en los años 60 en los mismos debates de la Reforma económica de esos años, a partir del insuficiente grado de desarrollo, del aislamiento económico relativo que subsiste, aunque no haya propiedad privada como causa última para que se engendren relaciones monetario-mercantiles en el socialismo.
Sin embargo, descubrir la causa de las relaciones de mercado en el socialismo no produjo una clara comprensión de su carácter contradictorio, en última instancia con el socialismo. Muchos académicos llegaron a decir que en definitiva en el socialismo había un nuevo contenido para las relaciones monetario mercantiles, que modificaba su actuación. Esa falsa racionalización condujo a las teorías del socialismo de mercado y en su desarrollo lo que llevaron es a la preponderancia del mercado y a la desaparición del socialismo. Se ha demostrado que no controlar el mercado en el socialismo es una receta para el desastre.
Por último, ¿en qué terminó todo esto compañeros? En el desastre de los países socialistas en Europa. Después de que se produce el derrumbe sobrevinieron sus catastróficas consecuencias. Yo nada más le voy a leer las cifras de Rusia. Después del año 1992 en Rusia se redujo la población de 148 a 140 millones de habitantes, perdieron 8 millones de habitantes (actualmente solo han crecido a poco más de 142 millones). No solo porque se fue gente evidentemente, si no porque no nacieron o murieron antes de tiempo. La esperanza de vida se redujo en los hombres de 65,5 años a 57,3 (hoy día son solo 63 años). Perder 8 años de esperanza de vida tiene que ser una catástrofe como la guerra. Bueno, en tiempo de paz perdieron 8 años. Vaya usted a ver cómo estaba la salud pública, las enfermedades, los tratamientos. Emigraron más de 200 mil científicos. Algunos ya ganaron premios Nobel: hay dos físicos que ganaron premios Nobel. Y cuando les hacen una entrevista lo que dicen es terrible de cómo quedó la ciencia después del año 1992 en la URSS que, con todas las deficiencias que podamos admitir, era un poderío científico importante en el contexto mundial.
EL salario real bajó en un 65 %, es decir el poder de compra y de las pensiones un 67 %. El coeficiente Gini, que mide la distribucion de los ingresos pasó de 0,27 distribución más igualitaria a 0.48, muy desigual. El mismo índice que tiene Brasil. A finales de la década se calcula que el 50, 3% de la población estaba en la pobreza sobre todo después de la crisis monetaria del año 1997, en tanto que la tasa de homicidios se triplicó y Rusia se ubicó entre los 20 países más corruptos en el mundo.
Este es el reino que sustituyó aquel socialismo real lleno de mataduras, lleno de problemas, pero yo quiero hacer la pregunta, ¿Esto es lo se espera? ¿Este es el postsocialismo? Bueno, esto fue lo que pasó. En Europa oriental, en Rusia. También ocurrió la persecución implacable de los comunistas en Polonia, donde hay un instituto que se llama el Instituto de la Memoria que está dedicado a perseguir a todo aquel que fue dirigente comunista. Jaruzelski que acaba de morirse hace tres o cuatro meses, y no lo pudieron recluir en la cárcel porque hay una ley en Polonia que dice que las personas mayores de 80 años no pueden ir a la cárcel, pero lo tuvieron en prisión domiciliaria desde que se cayó el socialismo en Polonia. Igual ocurrió con otro Primer ministro polaco que tampoco lo pudieron meter preso, pero también lo tuvieron en prisión domiciliaria y Egon Krenz –antiguo dirigente de la RDA- cumplió cuatro años por crímenes del comunismo y otro tanto sucedió con Erich Honecker, que fue liberado solo cuando se encontraba en una fase terminal de su enfermedad para que muriera fuera de la prisión.
Todo lo anterior creo que muestra la importancia de aprender de los errores cometidos en el llamado socialismo real y la validez de muchas lecciones para nuestro propio proceso revolucionario.