Fragmentos de la Comparecencia Televisada del Comandante Camilo Cienfuegos, en el canal 11 de Televisión Camagüey, el 22 de octubre de 1959, sobre la traición de Hubert Matos

 

(…)
Cuando tuvimos conocimiento de la renuncia del Comandante Hubert Matos y las demás renuncias que se estaban haciendo por distintos compañeros del Ejército Rebelde, las renuncias que iban a hacer distintos hombres de la vida civil, precipitadamente, después de conversar con Fidel, salimos para esta ciudad de Camagüey, ya que nosotros conocíamos de las intenciones de Hubert Matos. Sabíamos de sus relaciones íntimas y gran amistad que lo habían unido a Pedro Díaz Lanz, conocíamos de las innumerables visitas que hiciera a Urrutia y a los contactos descarados que había hecho tratando de atraerse compañeros oficiales de otras provincias. La conspiración que tenía muy inteligentemente planteada Hubert Matos, no era solamente en la provincia de Camagüey, sino que intentó captarse compañeros de otras provincias por medio del engaño y la mentira, como hizo con distintos compañeros a los cuales captó de una forma muy solapada y con una estrategia con toda la mala intención que pueda albergar un hombre que va a traicionar a su patria.
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Nunca hasta ahora se había dado un solo caso de que por la renuncia o la sustitución de un jefe militar se produjeran infinidad de renuncias y las que venían después, que nosotros teníamos conocimiento de que se iban a producir en masa. Al llegar al Regimiento había, y aquí están firmadas las renuncias que habían hecho oficiales del Ejército Revolucionario –todas estas-, y los demás compañeros estaban esperando, algunos para renuncias posteriormente
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…, como sujeto a investigación, aquí está casi todo el mundo, sabe. Nosotros, honradamente, como traidor consideramos a Hubert Matos, como único y verdadero culpable de esto.
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Cuando hablamos…., cuando a la llegada de Fidel, Fidel le explicó a esos compañeros, él no habló con Hubert, lo dejó arriba, a los demás compañeros se les ordenó que bajaran, así lo hicieron, entonces Fidel habló con cada uno de ellos, un solo grupo general, les explicó las pruebas que teníamos de la traición de Hubert Matos, les explicó personalmente a ellos que no consideraba que sabían que era maniobra de Hubert. Ellos le pidieron a Fidel que los dejara hablar, pero en aquel momento no se podía porque sabíamos que Huber iba a negarlo todo. El se iba a fingir una víctima. La maniobra de él era fingirse como una víctima que iba a negar, iba, incluso, a extralimitar allí para evitar un penoso incidente, cosa que no era necesario aclarar allí más nada, puesto que nosotros estábamos convencidos, conocíamos perfectamente de la jugada de Hubert Matos, fue por eso que Fidel decidió no hablar en ese momento con él, ni creo que tenga interés en hacerlo ahora, porque si de algo estábamos convencidos, segurísimos, es de la traición de Hubert Matos.
(…)
Es bueno que sepan, más o menos todos los todos los hombres que estaban en esos mandos habían sido designados por Hubert Matos y hasta ellos llegó la campaña solapada. Porque lo que Hubert Matos ha hecho aquí, y es bueno que se sepa, es que él se dedicó aquí, desde un principio, a colocar peones. El ponía uno aquí, ponía otra allá, hombres de entera confianza, hombres que no le respondieran, los sacó de la provincia y los marginó por completo.
Lo mismo hizo con el señor ese, con el coordinador provincial, el cual era un incondicional de Hubert Matos. Y aquí lo único que ha hecho Hubert Matos es hacerse fuerte poniendo hombres de toda confianza, hombres que tenía engañados, haciéndose pasar por un verdadero revolucionario. El se ha hecho aquí de cierto prestigio y de cierta popularidad a base de propaganda en los periódicos, y ahí está la propaganda diaria, los actos constantes en que participaba Hubert Matos. El se rodeó de una serie de compañeros, que no hacía sino leer lo mismo, él se sugestionó, él pensó que los aplausos que le tributaba el pueblo donde quiera que iba se lo dedicaban a él, lo que no sabía era Hubert Matos es que esos aplausos, como dijera Fidel aquí, no se los tributan a Hubert, ni a Camilo, ni a nadie, esos aplausos los dedica el pueblo a la Revolución, a los 20 000 muertos que hicieron posible esta, ¿sabe? (aplausos)
Y esto es una cosa que aquí se puede demostrar, y es una cosa que se va a demostrar, se pueden ver todos los periódicos, que son publicados desde que Hubert Matos tomó el mando de la provincia. Hay periódicos que a diario publican la foto y los elogios a Hubert Matos. Los distintos compañeros de las provincias, incluso, casi nunca salían, porque se dedicaban no solo a hacerse propaganda, no a recibir aplausos, sino a trabajar, a trabajar fuerte y decididamente a favor de la Revolución. Mientras Hubert, demagógicamente lo que hacía era asistir a cuanto acto el mismo citaba, en unió del coordinador provincial, y abandonaba sus verdaderas labores, como era la Reforma Agraria, que estaba completamente paralizada. Que aquí en Reforma Agraria, con las facilidades que ha dado Fidel, debía ser la principal provincia que hubiera avanzada en la Reforma Agraria. Y esta provincia estaba paralizada completamente, se puede decir.
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…, él se valía de sus mañas, de sus mañas, él daba un acto aquí casi a diario. Y salía y hablaba al pueblo, hablaba de Reforma Agraria, teoría de la Reforma Agraria que nunca llevó a ejecución y nunca practicó y nunca permitió practicar aquí. Y esto fue lo que hizo Hubert Matos, y ahí están los periódicos, los periódicos donde se pueden ver, se pueden coger los cinco jefes de las demás provincias para ver si los cinco juntos tiene ni siquiera la mitad de la propaganda publicitaria que se hizo Hubert Matos.
Aquí el hizo una revista, muy buena, que cuesta 7 000 pesos mensuales, que todavía no sabemos de dónde sacaba ese dinero, donde todo era cantos y elogios “al valeroso comandante, al valeroso y heroico Jefe del Regimiento”. Siete mil pesos mensuales en una revista, mientras otros compañeros en La Habana se dedicaban a recoger los niños en los pueblos; como el escuadrón de La Lisa, que un compañero capitán que vino conmigo, se dedicó a recoger más de 1000 muchachos y tenía una escuela allí, que nos costaba al Ejército más de 3000 pesos mensuales y se dedicaba ese dinero, se dedicaban los esfuerzos de esos compañeros a los niños, sin propaganda porque es bueno que se sepa que allí nunca se hizo propaganda y los compañeros que verdaderamente no quieren propaganda no se gastan el dinero en propaganda, y eso es gastar el dinero de la Revolución, el dinero del Ejército, el dinero que tanto necesita la república en hacerse propaganda particular.
(…)
Mire, hay una carta que tiene Fidel, en que se ven las relaciones íntimas que mantenían Hubert Matos y Urrutia. Yo les voy a decir a ustedes que siendo yo jefe del Ejército y siendo Hubert Matos Jefe del Regimiento de Camagüey, ese señor no fue a verme a mí ni una sola vez. Yo se lo dije ayer delante de los compañeros. Le dije: “¿Cuántas veces me fuiste tú a ver a mí a La Habana, o en ocasiones que yo estuve aquí, para plantearme problemas de ningún tipo?”. Nunca. Los compañeros allí presentes tampoco lo hicieron. Sin embargo, Hubert Matos cuando las visitas que hice yo al palacio presidencial, estaba allí, fueron numerosas las ocasiones que Hubert Matos iba a ver al presidente de la República, Urrutia. Y fueron muchísimas las ocasiones, incluso dos días antes de la traición de Díaz Lanz, que Hubert Matos visitó a Diáz Lanz. Es una prueba los papeles que se lanzaron ayer en La Habana firmados por Díaz Lanz, es una prueba de que concordaba con la traición de Hubert Matos aquí en la provincia. Ellos están ligados los tres: Urrutia, Díaz Lanz y Hubert Matos; porque Hubert Matos no era aviador Hubert se justificaba que fuera a ver al presidente de la República, pero no tenía justificación alguna que fuera y se entrevistara constantemente con Diaz Lanz, incluso dos días antes de desertar, y antes de traicionar a la Revolución, y él lo hacía, esas son pruebas irrebatibles. Hay la carta, la carta que tiene Fidel que va a enseñar esta noche. Y hay las visitas esas que no las puede justificar Hubert Matos de ninguna forma”.

Acerca de Dialogar, dialogar

Historiador, investigador, papá de María Fernanda y Alejandra
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