Cuba roja: la historia de ayer, y de siempre

Redacción Web Arte Joven

El Salón de Mayo del Pabellón Cuba quedó desierto este miércoles. Dialogar dialogar propuso un intercambio diferente. En la abarrotada Sala de Cine Alfredo Guevara, y junto al historiador Elier Ramírez, los profesores Eduardo Torres Cuevas y Fernando Martínez Heredia, tuvieron a su cargo la presentación y análisis de un capítulo de la serie documental Cuba roja, la historia no contada, dirigida por el realizador Ismael Perdomo.

Ismael conversaba en una ocasión con el escritor Lisandro Otero sobre diversos temas omitidos de la historia cubana, o destinados a leyendas mal contadas, y nació el proyecto. Era necesario recuperar aquella memoria histórica para analizarla en el  tiempo, sin juzgarla. Llevar al espectador hacia los momentos más trascendentales del proceso revolucionario cubano, esos que a veces se conocen a medias y que incluso a sus protagonistas resulta difícil contar, fue el incentivo fundamental.

Uno de los retos que acompañó al equipo durante la producción fue, precisamente, entrevistar a quienes se relacionaron con sucesos puntuales de la Revolución, o quienes han dedicado su vida al estudio de tales temas: Isabel Monal, Aurelio Alonso, Esteban Morales, Eusebio Leal, Julio César Guanche, Eliades Acosta, Rafael Hernández, Juan Valdés Paz, entre tantos otros. Al mismo tiempo, los realizadores de Cuba roja debían estructurar coherentemente todas las historias, para conformar una sola.

Como cercano colaborador del cineasta Santiago Álvarez y codirector de varias de sus creaciones, Ismael Perdomo utilizó acertadamente esos códigos imprescindibles para el séptimo arte cubano. En Cuba roja los periódicos ocupan gran parte de la recopilación, y por tanto, el equipo decidió animarlos para crear una dinámica visual que no fuera anquilosada ni aburrida, de cara al público joven. Su director consideró también que la serie funciona como un complemento de libros y otros materiales bibliográficos, más que una visión absoluta de la realidad presentada.

Éstos no son tiempos en los que se enaltezca así a la historia nuestra, destacó en el encuentro el profesor Martínez Heredia, al referirse a los valores de Cuba roja. Hace falta que comprendamos lo imprescindible de la recuperación de estas memorias en la situación cubana actual. Tenemos dos enemigos: olvidar y no conocer. Cuba roja nos demuestra de una manera muy viva la ignorancia que predomina sobre estos hechos. Muchos de sus protagonistas son para los jóvenes simples nombres.

Tan valiosa propuesta audiovisual no puede limitarse a las salas de cine, debe recorrer escuelas, universidades, todo el país. La misión de conducir a las nuevas generaciones al entendimiento de la historia de nuestra isla resulta impostergable; hacer que posean un criterio propio al respecto y que complementen sus conocimiento con investigaciones sobre lo que sucedido, es posible. La última palabra no está en Cuba roja. La memoria de lo que hicimos nos hará valorar cuánto somos.

Acerca de Dialogar, dialogar

Historiador, investigador, papá de María Fernanda y Alejandra
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