ESTEBAN MORALES.
UNEAC.
Finalmente, entre los días 20 al 22 de marzo, el Presidente Obama visitó Cuba.
Le precedieron las medidas del 15 de marzo. Cuarto paquete con el que Obama, haciendo uso de sus prerrogativas ejecutivas, trata nuevamente de aligerar una política agresiva que data de casi 57 años. Contando con que en realidad, aun no logra aliviar a Cuba de los dolores del bloqueo. Es que mientras este último no desaparezca la agresividad se hace sentir.
En esta ocasión, planteó la posibilidad de la utilización del dólar, suavizó los rigores de la conocida “lista negra” y prometió al ciudadano común, la posibilidad de abrir cuentas de dólares en la banca norteamericana. Anunció además, la posibilidad de ofrecer becas y subvenciones para actividades académicas y culturales, como asuntos más importantes.
Tales medidas se suman a las referidas a la ampliación de los servicios aéreos entre Cuba y Estados Unidos, facilitando los viajes de los ciudadanos norteamericanos dentro de las doce categorías autorizadas, la apertura del correo postal, la autorización de que los cubanos que estén legalmente en los Estados Unidos, puedan recibir ingresos más allá de los gastos de subsistencia, bajo la forma de subvenciones o salarios, ampliando el acceso de Cuba y de sus ciudadanos a las instituciones financieras de Estados Unidos y al dólar estadounidense desde Cuba.
Si la madeja burocrático-financiera aun existente se desenreda, estaremos en presencia de las mejoras siguientes:
- Las empresas norteamericanas podrán patrocinar y contratar a ciudadanos cubanos para que se desempeñen o trabajen en Estados Unidos, de modo similar a otros ciudadanos de terceros países, siempre y cuando no realicen pagos al gobierno cubano en conexión con dicho patrocinio o contratación.
- Se autorizaran los viajes a Cuba por ciudadanos norteamericanos, de manera individual, por motivos educativos, sin patrocinio ni acompañamiento de una organización patrocinadora, pero siempre que en el contacto con el pueblo cubano, este sirva para “promover la independencia del ciudadano cubano de las autoridades del país”.
- Respecto al pago de salarios, se autorizará que los ciudadanos cubanos en Estados Unidos que tengan un status de no inmigrante o que estén pendientes de otra autorización de viaje de no inmigrante, a que ganen un salario o compensación en cumplimiento de los términos del visado, siempre y cuando no estén sujetos a ninguna valoración tributaria especial en Cuba.
- Sobre las mercaderías de origen cubano, se autorizan ciertos tratos por parte de personas para su consumo, para que obtengan y reciban servicios de Cuba de una persona cubana. Permitiendo así que los estadounidenses que viajen compren y consuman productos de alcohol y tabaco de origen cubano. Al parecer no estableciendo limites de gastos al respecto.
- Sobre los servicios bancarios y financieros, se autoriza a las instituciones bancarias de Estados Unidos a que procesen transacciones en las que tengan interés Cuba o un ciudadano cubano. Tal disposición autorizará transferencias de fondos desde un banco fuera de Estados Unidos que pasen a través de una o más instituciones financieras de Estados Unidos, antes de que se transfieran a un banco fuera de Estados Unidos, donde ni el originador ni el beneficiario sea una persona sujeta a la jurisdicción de Estados Unidos.
-Se autorizará a las instituciones bancarias de Estados Unidos a que procesen instrumentos monetarios en dólares estadounidenses, que incluyen efectivo y cheques de viajero, presentados indirectamente por instituciones financieras cubanas. Las cuentas corresponsales en instituciones financieras de terceros países usadas para dichas transacciones, pueden ser denominadas en dólares estadounidenses.
-Se autorizará a instituciones bancarias de Estados Unidos a que abran y mantengan cuentas bancarias en ese país, para que ciudadanos cubanos residentes en Cuba reciban pagos en Estados Unidos por transacciones autorizadas o exentas y que remitan dichos pagos de nuevo a Cuba.
- Se permitirán importación de software.
- Se autorizara a navíos para que transporten mercancías desde Estados Unidos a Cuba y luego naveguen a otros países con carga de Estados Unidos. Una especie de “lista negra” a medias.
- Se adoptará una política de licenciamiento, caso por caso, para facilitar la exportación y reexportaciones de Cuba, de artículos producidos por el sector privado cubano.
- Se autorizarán becas y subvenciones educativas para los proyectos humanitarios, autorizados en los reglamentos de la OFAC (Oficina de Control de Activos).
Por supuesto, no es difícil percatarnos de que se está en proceso de poner en práctica todas aquellas medidas que ofrecen facilidades en las direcciones siguientes:
-Empoderar al sector privado emergente. Dígase cuentapropistas, propietarios medianos y pequeños
-El controlar por vía de la banca norteamericana todos los procesos que impliquen la utilización del dólar.
-Desplegar el comercio privado; transportando desde y hacia Estados Unidos en navíos norteamericanos. La autorización parece no incluir a naves de otra nacionalidad, incluida las cubanas.
-Subvencionar proyectos autorizados por la OFAC para fortalecer el trabajo ideológico interno. Se trata de becas, proyectos culturales y artísticos etc.
-Regular las compras a Cuba por parte de ciudadanos norteamericanos de mercancías cubanas específicas, tales como ron y tabacos; no otras mercancías del mercado cubano.
-Será la banca norteamericana la única autorizada a realizar las transacciones con dólares que impliquen a Cuba. No se observa la posibilidad de que Cuba maneje los dólares a través de otros actores de la banca transnacional.
-Los ciudadanos cubanos operarán solo con la banca norteamericana para hacer sus depósitos monetarios y recibir pagos en dólares.
-Será la banca norteamericana la que manejará las licencias comerciales y financieras. Aplicándolas a discreción. O sea que podrán ser otorgadas o no.
-El estado cubano no podrá cobrar impuestos por las operaciones del pago de salarios y subvenciones que reciba un ciudadano cubano. Ni por ninguna operación que implique a ciudadanos cubanos con la banca norteamericana.
-Las medidas no ofrecen facilidades a la economía estatal cubana.
Como ya dijimos, en artículo precedente, el manejo de todas las transacciones que tengan que ver con el dólar, quedarán insertadas dentro de un mecanismo de economía dolarizada paralela, respecto a la cual el estado cubano no jugaría ningún papel. Lo cual deviene un reto adicional para el modelo económico que Cuba desea implantar. Cuba no podrá exportar ni importar dentro de los mecanismos establecidos por las medidas.
Ese es el paquete de medidas ejecutivas que nos trajo el Presidente Obama como preámbulo de su visita.
Tratando de ser lo más objetivos posibles, diríamos que no se diferencian sustancialmente de los tres paquetes anteriores.
Aunque nos puedan parecer más beneficiosas. Y de hecho lo son, aunque no tocan de manera profunda en ninguno los asuntos que permitirían erosionar seriamente el bloqueo. Ni consideran para nada a la economía estatal cubana.
Hay que decir, que nada de lo anterior se ha hecho realidad aun. Razón por la cual el Ministro Cubano de Relaciones Exteriores, declaro que “el 10% de gravamen con que se penaliza al dólar en Cuba, para proteger su economía, solo será eliminado cuando veamos que tales medidas anunciadas funcionan realmente”. Mientras no sea así, Cuba continuará protegiéndose.
Como expresé en mi artículo anterior, dedicado a la visita del Presidente, antes de que esta se produjera. Obama tenía dos alternativas posibles: o venía con la intención de continuar trabajando el lado evidentemente subversivo de su política; o con la real intención de entrar a fondo en el comienzo del proceso de normalización de las relaciones entre ambos países.
Pero el Presidente decidió mantenerse en los marcos de la dualidad. Del doble rasero que ha caracterizado su política desde el 2009.La del bloqueo dividido en dos: zanahoria para el empoderamiento el sector privado; el garrote para la economía estatal.
Por lo que continua sin utilizar a fondo sus prerrogativas ejecutivas para aliviar a Cuba los dolores del bloqueo, mientras continua ampliando las medidas de “empoderamiento de la sociedad civil”, tratando de hacer emerger a la clase media en la que cimenta sus esperanzas de generar los actores sociales que piensa pueden acompañarle en el cambio político que desea para Cuba. Aun y cuando haya repetido, casi hasta el cansancio, que no persigue con Cuba un “cambio de régimen”. Lo que al menos yo no creo. Pues, en mi opinión, las señales al respecto son tan claras que lo difícil es dudar, que sea de otro modo.
Por eso, trata de desplegar el nuevo paquete de medidas y complementando este con un discurso político mesurado, inteligente, y elogioso hacia los cubanos de la Isla.
Creo que podemos agradecerle, que continúe haciendo esfuerzos ejecutivos para aligerar las presiones existentes. Pues ya es el Presidente que más ha hecho por mejorar las relaciones con Cuba.
Pero se lo agradeceríamos aun mas, si de verdad hubiera venido a dar mayor impulso a una política de acercamiento, evitando así que lo que hemos logrado, hasta ahora, pueda tener marcha atrás, dentro de un próximo mandato presidencial.
Abril 1 del 2016.